sábado, 25 de junio de 2011

Peter Falk, alias Colombo: Descanse en Paz

Hoy me pongo un pelín triste porque se nos ha ido un Grande de la televisión, el excelso Peter Falk, más conocido por su papel de uno de los más populares y geniales detectives de la historia de la televisión, el teniente Colombo. Ha muerto el 23 de junio, a los 83 años de edad, al parecer hacía tiempo que padecía de Alzheimer y demencia senil. Como no fue una megaestrella del celuloide, su muerte pasará desapercibida en todos los medios, así que aquí le dedico mi pequeño homenaje. Va por usted, Mr. Falk.

Este señor pertenece a otra época de la historia, en la cual a pesar de tener un ojo de cristal desde los tres años debido a un retinoblastoma (un cáncer de la retina) y a no ser un galán, uno podía hacerse un hueco en la industria del entretenimiento y llegar a ser conocido internacionalmente. No sé yo hasta qué punto podría haberse dado un caso como éste en el mundo de hoy, donde para triunfar en la farándula es preferible poseer una cara bonita y un cuerpo espectacular a que te chorree el talento interpretativo por las orejas.


El señor Falk empezó su carrera en los escenarios, como solía ocurrir antiguamente. Participó en obras en Broadway tales como Diario de un sinvergüenza de Alexander Strovsky, Santa Juana de George Bernard Shaw, o El prisionero de la Segunda Avenida de Neil Simon (nominada al premio Tony a la mejor obra de 1972 y cuya versión cinematográfica tuvo a Jack Lemmon en el papel que hizo Falk).


A pesar de su éxito teatral, tuvo que luchar mucho para dar el salto al cine debido a su ojo de cristal. Cuando fracasó en una prueba para los estudios Columbia, el jefe de la empresa comentó: "por el mismo precio puedo conseguir un actor con dos ojos". A pesar de desplantes como estos, Falk nunca se dio por vencido y consiguió años más tarde el papel que le cambiaría la vida: el de Abe "Kid Twist" Reles en la película de 1960 El Sindicato del Crimen. Gracias a este trabajo consiguió la primera de sus dos nominaciones al Oscar:


"Toma... todo en lo que pongas la mano... ¡tómalo! ¡No preguntes! Cógelo! ¡Todo lo que quieras, cógelo! ¡Lo que yo quiero, lo cojo!"

Un año después, lograría su segunda y última nominación al Oscar por su papel en la última película del legendario Frank Capra, Un Gángster para un Milagro. El resto de la década de los 60 aparecería en episodios de TV y en papeles muy secundarios en el cine. Obtuvo un Emmy (los mayores premios de la TV) y una nominación por apariciones puntuales en episodios de series genéricas sin protagonistas fijos. Hasta entrar los 70 y llegar Colombo.


El episodio piloto de Colombo, dirigido por un jovencísimo Steven Spielberg, se emitió en 1971, en la cabecera genérica NBC Mistery Movies y la serie duró hasta 1978, con apariciones esporádicas desde 1989 hasta 2003 en forma de películas para TV. Los episodios solían durar de 90 a 120 minutos publicidad incluida. 


El personaje que creó fue un detective muy diferente a lo que se había visto hasta entonces. No era duro ni violento ni borracho pero de gran corazón como los protagonistas de las novelas hard-boiled de serie negra de los años 40, tipo Philip Marlowe o Sam Spade (de hecho, nunca empuñó una pistola). Tampoco era un tipo estirado de buena cuna que investigaba crímenes como un desafío a su intelecto como lo era Sherlock Holmes. No, Colombo era un tipo pequeño, de aspecto torpe y desaliñado, subyugado por su mujer (a la que nunca llegamos a conocer), siempre con su eterna gabardina arrugada, su corbata torcida y masticando sus famosos puros. Su técnica básica era hacerse pasar por tonto, torpe y despistado para que los culpables se confiaran al principio y luego fueran cayendo poco a poco en la cuenta de que estaban ante un hombre de una inteligencia excepcional.


La estructura de los episodios era a su vez novedosa. No se trataba de dar pistas para que el espectador consiguiera descubrir por su cuenta quién era el asesino, no era un whodunnit. Se planteaban al revés: al principio presenciábamos cómo el asesino perpetraba el crimen, y el resto del episodio consistía en ver cómo el teniente Colombo iba acorralando poco a poco al criminal hasta que conseguía descubrirlo y arrestarlo. Muchas veces interactuaba con el asesino en numerosos diálogos en donde éste comenzaba sintiéndose seguro y disfrutaba creyendo que manejaba el devenir de la investigación hasta que Colombo poco a poco le metía el miedo en el cuerpo con sus deducciones y al final le descubría que él era mucho más inteligente que su antagonista. Aquí una muestra de un desenlace memorable de uno de los capítulos:





Ni qué decir tiene que recomiendo enfervorecidamente que reviséis esta serie emblemática que, gracias a la infinidad de canales de tv de que ahora disponemos, están reponiendo por las tardes en NEOX. Ya no tenemos por qué aguantar a ninguna Belén Esteban o a los famosillos de tres al cuarto pasando hambre en una isla desierta. Que el ser humano es algo más que morbo.


Enhorabuena señor Falk, consiguió usted lo que muy pocos en la historia del cine o la tv, se convirtió en inmortal al darnos a este detective icónico después de Sherlock Holmes, Philip Marlowe o Sam Spade. ¿La diferencia? Que usted y sus guionistas lo crearon de la nada, sin referente literario alguno, y con un planteamiento original. Descanse en paz, GENIO.


Y para no quedarnos demasiado tristes, un momento histórico:

2 comentarios:

  1. A mi siempre me encantó. De pequeña veía todos los capítulos. Casi ni respiraba hasta el final, cuando Colombo contaba al asesino cómo éste había cometido el crimen... Y éste se quedaba, al igual que yo, boquiabierto como diciéndo: "cómo el idiota éste, con las preguntas tan absurdas que me ha estado haciendo, ha sido capaz de llegar a esta brillante conclusión,,, si parece tonto!!!".
    Pues bien, fíjate qué casualidad que hace un par de semanas, en una cadena de aqui (Bélgica), un domingo por la mañana pusieron una película de él. Werner y yo sólo vemos la tele por las noches, pero al ver que había una peli de él, sin decir nada ninguno, nos acomodamos en los "sofares" (jajaja) y no abrimos la boca hasta que terminó. Causó en mi el mismo efecto que cuando era una niña. Me encantoooooooo!!!!! Y después comentamos los dos, cuán GRANDE había sido siempre ese actor!!!
    Gracias por recordárnoslo de esta forma. Eres un genio, hermano!!!

    ResponderEliminar
  2. Ahora lo están dando todas las tardes en la tdt, en Neox. Tiene unos diálogos y unos guiones que ya no se ven, un capítulo de Colombo te da ahora para una temporada entera de CSI por ejemplo, que me parece de las series más tontas que he visto en mi vida.

    La noticia de su muerte me entristeció de verdad, porque poco a poco se van yendo todos los grandes y nos quedamos huérfanos en cierto sentido. Por eso le dedico esta entrada. Además, nadie se hizo eco por aquísolamente en internet en algunas páginas, me sentí en cierta manera obligado a hacerlo.

    ResponderEliminar