jueves, 28 de febrero de 2013

Desde la butaca: El Atlas de las Nubes

Ayer fui a ver El Atlas de las Nubes. Desde que me enteré de este proyecto, hará un año y medio o así, y ver los nombres implicados, leer el argumento y demás, quise saber más sobre el tema. Así que en todo este tiempo hasta que al fin vi la cinta, me dediqué a buscar la novela, leerla, y esperar pacientemente a que la estrenaran en mi ciudad.


Ha tardado bastante en ver la luz por estos lares, así que mientras llegaba mi entusiasmo se iba desinflando poquito a poco, viendo las reacciones de la crítica. Lo peor que le puede pasar a un proyecto de estas características es la tibieza de las críticas. La división de opiniones entre dos extremos le pone sal y pimienta a una película, hace que no se olvide y que se esté pendiente de ella, consigue que haya debate sobre ella y al final o te gusta muchísimo o no. Sin embargo, el feedback que me llegaba era que ni fu ni fa, de manera que de estar desesperado a que llegara el estreno y plantarme el primer día en el cine, ha conseguido que esperase casi una semana para verla, además con muchas dudas debido a su duración (casi 3 horas). Lo peor que le puede pasar a uno en el cine es aburrirse durante tanto tiempo.

Voy a hablar un poquito de la novela antes de meterme de lleno en mi opinión sobre la película. Ésta  es la sinopsis realizada sobre la obra por parte de su editorial española:

El atlas de las nubes es una novela que da la vuelta al mundo y recorre desde el siglo xix hasta un futuro apocalíptico, a través de seis historias entrelazadas. El relato se abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad causada por un parásito cerebral... Repentinamente, la acción se traslada a 1931 en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora esposa y su núbil hija... De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los setenta, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la ignominiosa Inglaterra de nuestros días, a un superestado coreano del futuro próximo regido por un capitalismo desbocado y, finalmente, a Hawai, a una Edad de Hierro post-apocalíptica que corresponde a los últimos días de la historia. Sin embargo, la historia tampoco termina ahí. La narrativa vuelve, como si de un bumerán se tratara, en el tiempo y en el espacio hasta el punto de partida recorriendo, en sentido inverso, la trayectoria trazada. Durante la travesía, Mitchell va revelando los lazos que unen a personajes tan distintos, el modo en que se entrecruzan sus destinos y la forma en la que sus almas se desplazan a través del tiempo como las nubes por el horizonte. David Mitchell es un visionario posmoderno que se mueve con maestría por una multiplicidad de estilos y sabe combinar a la perfección los ingredientes básicos de la novela de aventuras con una debilidad muy nabokoviana por el puzzle, un ojo clínico para retratar a los personajes y un gusto por la reflexión filosófica y científica en la línea de Umberto Eco, Haruki Murakami y Philip K. Dick.
Es una delicia de novela. Por su planteamiento, su estructura, su lenguaje, sus caracterizaciones... un caramelo esperando a que se le descubra, se le disfrute y se le recomiende a todo aquél al que le guste la buena literatura. No es un best-seller pasajero y olvidable, aquí hablamos de literatura de la buena, densa, un gran argumento que no excluye desarrollo de personajes ni experimentación con la narración, una novela de relatos independientes muy tenuemente conectados unos con otros de manera muy sutil. Su lenguaje parece coetáneo con cada uno de los momentos históricos que narra, desde el pasado más o menos reciente hasta el futuro más lejano (inventándose un lenguaje que ha decaído y se ha embrutecido acorde con la decadencia humana postapocalíptica). Vamos, una joyita a descubrir para cualquier aficionado a la lectura.

Antes de empezar con la crítica de la película, aquí dejo su trailer oficial:

            

Los responsables de la adaptación tanto en su guión como en su dirección son los hermanos Wachowski (Andy y Lana) y Tom Tykwer. En su reparto hay grandes nombres como Tom Hanks, Halle Berry, Jim Broadbent, Hugo Weaving, Hugh Grant, Susan Sarandon, Ben Wishaw, James Sturgess... Con tanta gente de prestigio y un material de inicio como esta novela, no debería haber mucho problema, más viendo el trailer de arriba, ¿no?. Sin embargo, da pena ver cómo algo ambiciosísimo queda convertido en película del montón, entretenida pero nada más.

Los problemas son básicamente de guión en los cambios introducidos. Los actores están bien, los efectos bien, la fotografía etc. Pero hay demasiadas inconsistencias, aún no habiendo leído la novela uno puede identificar dónde se encuentran los cambios (mi acompañante los descubrió TODOS), que devienen parches para cambiar una historia que de sutil pasa a basta en algunos aspectos clave, como la preponderancia que se le da al romance en todas y cada una de las seis historias, o dejarlo todo demasiado interconectado cuando en la novela las conexiones entre los personajes de distintas épocas es mucho más suelta, difusa y apenas esbozada. Otro punto que me llamó la intención es la manera de expresarse de los personajes, su lenguaje. Lo que la novela consigue con creces en cada una de las historias en el film sólo es constatable en la del futuro más lejano y un poco en la más antigua y en las cartas del músico a su amante leídas en voz en off.

Además sigo pensando que a los hermanos Wachowski les sobra técnica por todos lados (el montaje es espectacular, la manera de entrelazar las historias impecable, dándole una vuelta de tuerca a la organización interna del libro pero sin estropear nada en ese aspecto) pero les falta alma, conmover, esa chispa que les haga pasar de grandes directores en la forma a ser genios del cine en el fondo. Esa manera de intentar explicarlo todo, el afán por hacer evidente que esas personas están conectadas a lo largo de los siglos, su discurso a veces infantiloide sobre el amor, el destino etc los hace vulgares, adocenados, hasta pastelosos. La sensación que me queda después de ver sus películas es que su rascas más allá de los efectos especiales y escenas espectaculares, su cine está bastante descompensado en cuanto a contenido. Y pongo de ejemplo esta misma cinta: su afán por explicarlo todo, por conectarlo todo demasiado, por meter romance con calzador en cada una de las historias, la pseudofilosofía New Age; menosprecian al espectador quizá inconscientemente, pensando que a lo mejor no va a ser capaz de aprehender el mensaje de la película, cosa que en la novela original no sucede.

Otro aspecto en la que los directores nos dan una de cal y otra de arena: los actores principales hacen varios personajes en las historias, recurriendo a maquillajes que a veces están muy conseguidos pero otras veces parecen pegotes colgando de las caras. Una de las cosas divertidas de la película es intentar adivinar cuántas veces los ves en pantalla, confieso que muchas de ellas se me han escapado. Al final, en los títulos de crédito nos muestran cuántos personajes han interpretado cada uno, es muy divertido darte cuenta de cómo te la han colado con tal o cual personaje y actor.

No obstante, no es una película que no se pueda ver, nada más lejos. Es una cinta amena y entretenida que podría haber sido espectacular en todos los sentidos y se queda en anécdota. No me extraña la reacción de los críticos, supongo que es un precio a pagar por los nombres involucrados en ella (Wachowski bros., Hanks, Berry, Sarandon, Weaving) y el material de origen. De no ser por esto, subiría más puntos en la apreciación general.

La gente de Días de Cine lo expresa mucho mejor que yo, torpe de mí:


Y para terminar, algunas reacciones de críticos, cogidas de IMDB:

Una película de una imaginación sin límites, efectos visuales impresionantes y de una osada ambición" (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)
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"Un trabajo mental intenso de tres horas que te premia con una gran recompensa emocional" (Peter Debruge: Variety)
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"Un blockbuster de arte y ensayo bien hecho pero como drama resulta difuso (...) impresionante montaje pero emocionalmente hinchada (...) un conjunto blando, y el impacto de cada historia se suaviza por la constante necesidad de conectar todo." (Jordan Mintzer: The Hollywood Reporter)
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"Un montón de basura con narices de goma y unos imposibles acentos de instituto que le dan un nuevo significado a la palabra 'pretencioso' (...) Puntuación: * (sobre 4)" (Rex Reed: The New York Observer)
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"De ninguna manera es la mejor película del año, pero puede ser la película que da más a cambio del precio de una sola entrada" (A. O. Scott: The New York Times)
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"Cine fantástico, filosófico (...) Vertiginosa e incendiaria como 'The Matrix', pero menos sólida (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 5)" (Sergio F. Pinilla: Cinemanía)
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"Sublime ridículo. (...) espiritualidad de pandereta y un misticismo 'new age' carente de fondo (...) El que busque verdadera complejidad se partirá de risa; los que busquen entretenimiento no entenderán nada, no por difícil, sino por vacuo y farragoso" (Javier Ocaña: Diario El País)
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"Un ejercicio delirante. (...) Enorme palíndromo sobre el amor y la solidaridad (...), obliga a que varios actores hagan el ridículo interpretando a personajes bajo capas imposibles de maquillaje" (Sergi Sánchez: Diario La Razón)
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"Los balbuceos pseudo-filosóficos emborronan de manera fatal el normal fluir del relato (...) toda la aparatosidad visual de la propuesta resulta por contraste tan arbitraria como ingenua. Por momentos, sencillamente ridícula" (Luis Martínez: Diario El Mundo)
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 Es curiosa la diferencia en cuanto a gustos de cada país: los críticos españoles la ponen directamente a caldo mientras que en los norteamericanos hay más tolerancia con este tipo de cine. ¿Puede ser ésta la razón por la que nadie o casi nadie se plantee hacer cine comercial de género en España fuera de las fórmulas de comedia o drama guerracivilesco?

lunes, 25 de junio de 2012

Recomendación lectora de hoy: El Temor de un Hombre Sabio

Tarea titánica la de leer este libro. Él solito tiene las mismas páginas (decena arriba, decena abajo) que la trilogía de El señor de los anillos. Y aparte de esto, de su longitud, según mi experiencia se lee a tirones, o más bien a impulsos. En su conjunto es un muy buen libro, pero a veces da la sensación de dar bastantes rodeos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su autor, Patrick Rothfuss es aún un escritor novato con su segunda novela, todavía ha de desarrollar la habilidad de dónde y cuándo meter la tijera cuando sea oportuno, dónde explayarse y dónde no, y sobretodo aprender a detectar cuándo corre el riesgo de exasperar al lector, porque varias veces a lo largo de su lectura he tenido que dejarlo durante un tiempo, y uno ya es un lector veterano y bastante encallecido.

El manuscrito original recién impreso para la editorial. Al lado, el recién nacido hijo de su auto
































r. 



Recordemos que estamos ante la autobiografía de un héroe legendario, Kvothe, que vive lejos del mundanal ruido bajo la identidad de Kote, el posadero de una pequeña aldea perdida. Un escriba lo descubre y le convence para que le narre su vida, y él accede. De manera que cada libro es un día de narración, de la mañana a la noche, donde Kvothe dicta y el escriba transcribe. De vez en cuando hay algún interludio, que suele coincidir con algún cambio significativo en la vida del héroe, y donde se nos muestra a Kote como un humilde y sencillo posadero además de dejarnos caer algo de la situación actual de las cosas, dando a entender que un gran peligro se cierne sobre el mundo.

Rothfuss puede llegar a ser un grandísimo escritor. Más arriba he comentado que el libro se lee a tirones, y ya dije que a veces exaspera por la cantidad de detalles y rodeos que da para que la trama avance. Dicho esto, también hay que decir otra cosa: cuando se pone interesante, no hay manera de soltar el libro, y sorprende continuamente hasta que decae el ritmo de nuevo y te da un giro que no esperabas. Y es que la mayor virtud de esta obra es que se aleja de los parámetros a los que nos tenían malacostumbrados los libros de fantasía. Cuando estábamos hechos a la típica búsqueda y viaje épico en el que salvar al mundo de las garras de las fuerzas del mal, va Rothfuss y nos mete de lleno en intrigas palaciegas, expediciones militares, proyectos universitarios, adiestramiento zen, venganzas sangrientas, educación sexual... a la vez que va desarrollando un mundo propio, con diferencias culturales enormes de un sitio a otro, cantidad de matices en el comportamiento de los personajes. Y sin embargo, haciendole honor al carácter bipolar que observo en esta novela, tiene un fallo enorme: la suspensión de credibilidad no se consigue a la hora de tratar el personaje principal, Kvothe. Básicamente porque es demasiado joven para ser tan perfecto en todo lo que emprende. En la historia tiene 17 años, y viene de la pobreza más absoluta, y sin embargo, es capaz de prosperar en una de las cortes más refinadas de su mundo. Ésta es la mayor flaqueza del libro: al perderse en tantos detalles descriptivos sobre la comida, la manera de vestir, las costumbres, etc, se desvía bastante en su objetivo principal, que no es otro (creo yo) que mostrarnos el camino a la madurez y finalmente a la leyenda de un personaje. Kvothe es maduro prácticamente desde que lo conocemos, desde los 8 o 9 años y además, cosa rara en un adolescente, casi nunca se equivoca. Yo, que trabajo a diario con adolescentes, siento esto especialmente dentro de la obra.

El chalado de Rothfuss vestido de duendecillo costalero, o gnomo, vete a saber...

Y sin embargo, he tenido que esperar a que la novela reposase un tiempo en mi cabeza después de terminarla. Resistí el impulso de escribir esta reseña inmediatamente después de cerrar el libro, porque lo acabé sin querer acabarlo y totalmente alucinado. Todos los fallos que he descrito previamente palidecen ante la sensación de puro gozo de crío chico que queda en uno al acabar, que te hace desear que fuera un cómic sólo porque así podría adquirir un nuevo ejemplar al mes siguiente. Y no puede uno esperar a que salga una nueva obra de Patrick Rothfuss para verle evolucionar y convertirse en el Gran Escritor de literatura fantástica que está destinado a ser.

Una última cosilla, que no tiene nada que ver con el libro en sí sino más bien con las rastreras tácticas editoriales para intentar darnos gato por liebre. Después de sobrevivir a la oleada de la saga Crepúsculo con la que cada libro de vampiros que se publicaba se hacía con una portada que seguía el diseño básico de las historias de Stephenie Meyer (especialmente doloroso era ver al Drácula de Stoke camuflado para intentar darle gato por liebre a una quinceañera despistada), el otro día hojeando libros en una librería me encuentro con esto:


Échenle un vistazo a la portada de El temor de un hombre sabio (la misma que la edición americana, por si a alguien se le ocurría pensar qué fue primero, si el huevo o la gallina):

Como dijo aquél, cosas veredes...


(Nota: El temor de un hombre sabio es la segunda parte de una saga que empezó con El nombre del viento. Es necesario leerse la primera para entender la segunda.)

sábado, 31 de marzo de 2012

Secuelas que dejan secuelas

De un tiempo a esta parte, estamos comprobando cómo la industria cinematográfica estadounidense se está quedando sin ideas y recurre cada vez más a la realización de remakes, secuelas, o adaptaciones de películas extranjeras. Incluso se han atrevido con juegos de mesa, como por ejemplo, Hundir la Flota, estrenada en España con el nombre de este juego en EEUU, "Battleship". Ahora mismo la tendencia es más acusada, aunque no es algo exclusivo de los últimos años, ya que al ser una enorme industria del entretenimiento que mueve cantidades ingentes de dinero, la maquinaria ha de estar en perpetuo movimiento y para que la producción no decaiga, los estudios han echado mano de cualquier excusa para continuar trabajando. La manera más evidente es la de "exprimir la gallina de los huevos de oro", si algo funciona, fabrica más de eso, esto es, realiza unas cuantas secuelas hasta que la teta no de más de sí.

En este post voy a reseñar, como el título indica, secuelas de las que (casi) nadie ha oído hablar, y que igual han podido sacar algo de dinero o al menos cubrir costes y dar para un par de cervezas y unas tapitas en el bar. Empecemos:

Ace Ventura 3 (2009). En esta ocasión no veremos a Jim Carrey por ningún lado, pero se nos presenta a su hijo con sobrepeso, que copia todo el vestuario de su papi, y sus gestos también. Una especie de Mini-Yo, pero con mini (o ninguna) gracia.



American Psycho 2: El legado de Patrick Bateman (2002). Lanzada directamente al mercado de vídeo, nos encontramos con una ahora emergente Mila Kunis (El cisne negro) y con el inefable William Shatner, alias Capitán Kirk. El director es Morgan J. Freeman (nada que ver con el actor, simplemente me resultó graciosa la coincidencia de nombres). La chica protagonista se vuelve psicópata tras haber conocido a Patrick Bateman y quedar fascinada por su mente retorcida. Así que desarrolla una mente enfermiza propia. Con el objetivo de seguir estudiando la materia, se incorpora al departamento universitario de ciencias sociales y del comportamiento, donde Shatner ejerce de jefe de departamento, un antiguo agente del FBI. Rachel quiere ser profesora asistente, pero será difícil conseguirlo. Por supuesto, ya contáis con que no se rendirá fácilmente y recurrirá a técnicas poco ortodoxas... A ver, que levante la mano quien conociera la existencia de esta secuela...

Mi gran duda es si Bret easton Ellis, el autor de la novela original, habrá recibido algún dinero de esta producción...


Unas rubias muy legales (2009). Ni rastro de Reese Witherspoon, esta vez les seguimos el rastro a sus primas inglesas también adoradoras del color rosa. Su papi es profesor y consigue un trabajo como profesor en una escuela americana hipersupermegapija. en cuanto llegan no tienen otro interés ni otra cosa más importante que hacer que desbancar a la chica popular de su posición privilegiada. También directa a vídeo, como es de ley.



La Guerra de los Mundos 2 (2008). Han vuelto los marcianos, ¡horror! Serie Z directa a vídeo, con efectos digitales chungos y casposos. Lo más destacable de esta peli es que su director y protagonista es un antiguo compañero de Tom Cruise en Rebeldes, aquella película de Francis Ford Coppola en la que se dieron cita chavales que se convertirían, en mayor o menor medida, en ídolos de quinceañeras en los años 80. Y éste es, ni más ni menos, que el mismísimo Ponyboy, el protagonista, C. Thomas Howell, el cual tuvo después la peor carrera de todo el grupo de jovenzuelos, que incluía a Ralph Macchio (Karate Kid), Rob Lowe (Class, Austin Powers 2 y 3), Patrick Swayze (Dirty Dancing, Ghost), Matt Dillon (Crash, Algo pasa con Mary, In & Out), además del propio Cruise. Qué le pasó a la carrera de Howell para acabar haciendo esto es todo un misterio, digno de una película de por sí. Uno no puede más que especular, después de ver semejante truño...



Bambi 2 (2006). Ni siquiera he visto nunca la original, y me vais a matar, e incluso me negareis cualquier autoridad para postear nada sobre cine en el futuro, pero qué quereis que os diga, nunca me llamó la atención. Igual me he perdido una obra maestra quién sabe. Aún así, aquí tenéis esto, para que veáis que no hay nada sagrado y que de todo se puede hacer secuela.



Crueles intenciones 3 (2004). Igual no sabíais que había una segunda parte, pues ahí os encajo la tercera... El argumento, via FilmAffinity es el siguiente:

Jason y Patrick, los dos alumnos más inmorales del Prestridge College, se apuestan seducir y abandonar a dos confiadas compañeras, pero su perverso juego termina en empate. Cassie Merteuil, una mujer fría y calculadora, se convertirá entonces en el trofeo definitivo que les lleve a desempatar. Sin embargo, saben que ahora todo será más complicado para ellos, porque Cassie no es otra de las inocentes alumnas del College, sino una mujer cruel, con fama de manipular a los hombres y de doblegar su voluntad hasta llevarles a límites que ni los dos depravados alumnos podrían imaginar...
Sugerente, ¿a que sí? La única conexión con el original, por lo que se ve, es que el apellido del guionista es Reese, como el nombre de una de las protagonistas de la primera, otra vez Reese Witherspoon.

Pijos aburridos y banales que disertan sobre sexo como si fuera una competición... ¡obsceno! ¡Ojalá pudiera yo!

Sin más, me despido hasta una próxima entrada, que espero no tarde mucho en llegar. Cualquier comentario es bienvenido, así como reseñas de más secuelas desconocidas y totalmente innecesarias que queráis recordar. 

jueves, 8 de marzo de 2012

El Teorema de los Infinitos Monos

Si alguien ahí fuera ha seguido este mi humilde blog, se habrá percatado de que, a pesar del modesto "rediseño", en el banner del título siempre hay un mono aporreando una máquina de escribir. El mono que había en el diseño anterior, es una ilustración de Brian Bolland para el número 25 de la serie de comics Animal Man, titulado "El rompecabezas del mono". En el interior, un mono aparece escribiendo el guión de lo que está pasando en ese mismo momento en el cómic. Es parte del periplo que sigue el protagonista hasta descubrir finalmente que no controla su vida, que no es más que un personaje de cómic creado para entretener a la gente.

Animal Man #25 (1990)
Yo lo leí cuando era apenas un adolescente, y el concepto de un mono tecleando un guión de cómic me pareció muy original, pero no pasé de ahí. Ha sido a lo largo de los años que al releer estos comics (los cuales recomiendo fervientemente su lectura), que he ido descubriendo nuevos detalles que en una primera lectura y a tan temprana edad se me escaparon. Uno de los mejores es descubrir que hay montones de referencias a diferentes áreas del pensamiento, incluídas las matemáticas. Y es que un mono con una máquina de escribir y las matemáticas parecen, a priori, en las antípodas uno con respecto al otro.

La imagen del mono y la máquina de escribir viene de un enunciado matemático muy conocido que reza:
Un mono aporreando una máquina de escribir durante un tiempo infinito podría llegar a escribir cualquier texto dado, como por ejemplo las obras completas de Shakespeare.
Este teorema se usa para ilustrar lo difícil que es intentar abarcar el concepto de infinito. El teorema es cierto, en un tiempo suficientemente grande el mono acabaría por escribir las obras completas de Shakespeare, y las de Cervantes también si hiciera falta, pero la probabilidad de que eso suceda en un intervalo de tiempo tan grande como la edad del Universo es prácticamente nula. ‘Infinito tiempo’ no es ‘mucho tiempo’, sencillamente es… infinito.


Otra variante del teorema afirma que infinitos monos podrían escribir cualquier texto dado en cualquier intervalo de tiempo (no necesariamente infinito). La analogía es la misma. ‘Infinitos monos’ no quiere decir un millón de monos, ni miles de millones, sencillamente quiere decir… infinitos. Los ‘monos’ en realidad son una metáfora de cualquier dispositivo capaz de generar texto aleatoriamente. El teorema se puede generalizar, en el sentido de que cualquier experimento aleatorio podrá producir un determinado resultado siempre que la experiencia se realice tantas veces como sea necesario.

Esta es una explicación sencillita, ideada para los nulos en matemáticas como lo es un servidor de ustedes. pero rastreando un poco, uno se da cuenta de que esta idea está bastante enraizada en la literatura y la cultura popular.

El relato La biblioteca de Babel, de Jorge Luis Borges, describe una biblioteca que contiene todos los libros posibles generados de la permutación de 25 signos en 410 páginas. Entre todos los volúmenes tiene que estar el definitivo, el que contenga la verdad sobre el universo. Por eso los habitantes de la biblioteca consagran su vida a encontrar este libro total. Borges hace referencia explícita a la idea de un mono infinito en su ensayo La biblioteca total, que de alguna manera es precursor de La biblioteca de Babel.

Michael Ende en su famoso libro La historia interminable plasma esta idea en un país de Fantasía, cuyo vigilante es un mono. Sus habitantes, llamados los Antiguos Emperadores, juegan "El juego de la arbitrariedad", en el que lanzan una especie de dados de letras cuyos resultados van compilando. Cada ciertos años surgen palabras, "si se sigue jugando cien años, mil años, cien mil años, con toda probabilidad saldrá una vez, por casualidad, un poema. Y si se juega eternamente tendrán que surgir todos los poemas, todas las historias posibles, y luego todas las historias de historias, incluida ésta en la que precisamente estamos hablando".

En la obra de Tom Stoppard Rosencrantz & Guildenstern están Muertos un personaje dice "Si un millón de monos..." y luego no puede continuar, debido a que el personaje está en Hamlet. Luego, finaliza la frase de manera diferente.

El teorema es también la base de la obra de teatro de un acto de David Ives, llamada Words, words, words, que aparece en su colección All in the Timing. En ella, tres monos, llamados John Milton, Jonathan Swift y Franz Kafka son recluidos en una jaula hasta que escriban Hamlet. Hay un relato corto en tono de humor de R. A. Lafferty llamado Been a Long, Long Time en el cual un ángel es castigado a tener que repasar el texto hasta que en algún futuro distante (después de que un trillón de universos hayan nacido y muerto) los monos produzcan una copia perfecta de una obra de Shakespeare.

Sin embargo, lo más divertido es la aparición de los monos en la cultura popular. Os voy a poner dos ejemplos:

Un episodio de Los Simpsons contiene una escena en la que el señor Burns tiene una de las habitaciones de su mansión llena con mil monos con máquinas de escribir, uno de los cuales es castigado por escribir mal una letra de Historia de dos ciudades de Dickens. Ahí la tenéis:


La traducción no es buena. Debería leer: "fueron los mejores momentos, fueron los pheororn momentos", y decir "¡no tiene sentido!"

En el episodio de Padre de familia El rey ha muerto, aparecen un grupo de monos colaborando en una línea de Romeo y Julieta de Shakespeare en una escena cortada. No aparece en Youtube por cosas de los derechos de autor, pero aquí os dejo un enlace con el episodio completo, por si queréis verlo:
http://www.kewego.es/video/iLyROoaftuDF.html

Por último, unos cuantos enlaces curiosos para que veais más cosillas sobre este concepto y lo popular que es en la web:

The Monkey Shakespeare Simulator: una web que simula monos tecleando al azar buscando probar el teorema.
Parable of the Monkeys: contiene citas literarias que se refieren al teorema de los monos infinitos.
El Teorema de los Monos Infinitos: para aquellos de vosotros que queráis una explicación completa en castellano, con su demostración y todo. Apto sólo para matemáticos.
La biblioteca de Babel: el relato de Borges, para leer online.

martes, 6 de marzo de 2012

Otro Nirvana, ¿es posible?


Hoy os traigo un gran artículo de  Xavi Sancho publicado en El País el 4 de diciembre de 2009, a vueltas con el empobrecimiento general de la industria musical mainstream y el porqué ya no surgen grandes bandas que conquisten el mundo y pervivan en la memoria de los aficionados a un nivel global.

Disfrutad.

El cruce de bandas entre ‘mainstream’ e ‘indie’ ya no existe” (Luke Lewis, ‘NME’)

Kurt Cobain, paradigma de artista minoritario con éxito masivo, es difícilmente repetible. Los grupos comerciales, en cambio, sí se nutren hoy del talento alternativo. Y lo vampirizan. ¿Hay futuro (remunerado) en la música indie?
Kurt Cobain
 
Desde 1992, el premio Mercury distingue al mejor disco del año editado en el Reino Unido. Concedido por un comité de sabios, es saludado como lo mejor que le puede pasar a un grupo. En 1993, Suede se lo llevó con su debut, derrotando por un solo voto a The Auteurs. Suede vendieron más de un millón de copias y cuando se separaron habían colocado 19 temas en el top 40 británico. El disco de The Auteurs llegó al 37, y el último single que editaron fue top 66. El premio era el atajo por el que el público masivo se acercaba a lo alternativo.

Este año, el Mercury lo ha ganado una chica llamada Speech Debelle con un álbum titulado Speech therapy. ¿Les suena? A sus compatriotas, tampoco. El disco no ha pasado del puesto 60 y a su concierto de Sheffield durante la gira de celebración del galardón acudieron 50 personas. “El cruce de bandas entre indie [minoritario] y mainstream [comercial] ya no existe. Era muy placentero ver a tu banda indie compartir programa de televisión con alguna megaestrella. Eso ya no sucede y es una desgracia, sobre todo para Speech Debelle”, comenta el periodista del semanario musical británico New Musical Express Luke Lewis.

“Hoy es imposible tender una emboscada al mainstream”, comenta Javier Liñán, de El Volcán Música y el hombre que llevó a Los Planetas a RCA, al respecto del hecho de que la única forma de calibrar hoy la repercusión de una banda indie sea contra sus amigos en Myspace. “En los ochenta podías meter a tu grupo en rotación en la radiofórmula, pero desde la llegada de cosas como Kiss FM es imposible. Desde los medios masivos se ha dejado de apoyar músicas que no sean las preeminentes. En España ha habido éxitos relativos, como los de Russian Red o Vetusta Morla, pero su influencia ha sido muy limitada”.

Los grandes sellos, que en los noventa fichaban bandas indies como animales de compañía y esperaban que alguna les hiciera “un Nirvana”, hoy ya no fichan ni a la señora de la limpieza. Las bandas indies asumen hoy que en esa liga no tienen nada que hacer. “Bueno, eso los indies en el sentido clásico del tema, los que poseen unos principios de independencia y nula vocación por trascender”, sentencia Liñán.

Esta década nos ha dado una nueva estirpe de indies que sueñan con estadios. Desde Coldplay
hasta The Killers. Un perfil de músico surgido en la independencia y pronto asimilado por el mainstream, pero no porque le haya cortado las alas y le haya borrado las credenciales underground, sino porque ellos también quieren ir a África y enseñarle al mundo una canción. “Años atrás hubiese sido impensable que bandas de la portada del NME estuviesen influenciadas por U2 o Bruce Springsteen”, comenta Andy East, antiguo presidente del sindicato de productores musicales del Reino Unido y director del curso de management y desarrollo artístico del London Collage Of Music. “Hoy podría entenderse como consecuencia lógica de un ciclo, pero creo que tiene mucho más que ver con el hecho de que estas estrellas clásicas se han introducido en el ideario alternativo actuando en Glastonbury, por ejemplo, y dándose a conocer a las nuevas generaciones”.

El mismo trayecto se ha recorrido a la inversa. Mucho alternativo ha caído en las redes de Beyoncé, Gwen Stefani o Rihanna. El pop masivo ha sabido surtirse de talento supuestamente underground, dotándole de un buen arsenal de valores a la moda que han desembocado en hechos impensables, como que Crazy in love, de Beyoncé, sea nombrada mejor canción de la década por el NME. Sobre esto Gerardo Cartón, de PIAS, aclara que “Madonna y Christina Aguilera no quieren ser indies ni hartas de anfetas. Sólo se aprovechan de su talento. No aguanto a esos grupos alternativos que quieren ser mainstream. Valoro a una superestrella del pop que, pudiendo hacer basura, se rodea de gente con talento para hacer discazos, como los de Madonna, Lilly Allen, Mika o el último de Britney. Mejor eso que unos Coldplay pretenciosos acudiendo a Brian Eno para acabar haciendo un disco de puro AOR”. Stuart Price ha sido colaborador de Madonna, Linda Perry ha escrito para Gwen Stefani y hasta el tipo de The Bravery es autor del single de Shakira. Pocos fans de Maddie escuchan Les Rythmes Digitales, a Perry nadie con sus capacidades mentales intactas le ha pedido que reúna a 4 Non Blondes, y si a alguien se le ocurre abrir un grupo de Facebook pidiendo el retorno de The Bravery, se le debería juzgar en La Haya. La culpa la tiene Kurt Cobain, y las únicas que lo pueden remediar son las marcas. Esta frase podría inspirar lo que el periodista Charlie Brooker denomina un bukkakke satánico, pero hay ciertos agentes de todo esto que no la encuentran tan descabellada. Cartón admite que, al poner de moda lo indie, Nirvana hicieron que cualquiera pensara que merecía estar en la MTV”. Por eso la MTV se pasó a hacer programas cuyo guión parecía sacado de un artículo de la revista Bravo
 
El sustento de lo alternativo viene del directo y muchos promotores no contratan grupos sin disco. Por eso es más que legítimo buscar fuentes atípicas de ingresos. Alerta: entramos en fase mercadotecnia. Románticos y asiduos a foros indies, pasen a la sección de deportes. “En cualquier aventura financiera, la sincronización lo es todo. Para los que escriben canciones, incluso más”, comenta Andy East. “La pérdida de ventas se subsana colocando temas en anuncios, bandas sonoras o con el patrocinio de una firma”. Hervé Locatelli, director de marketing para España y Portugal de Levi’s, una firma asociada a la música, plataforma de lanzamiento de muchas bandas y protagonista inesperado en todo este embrollo, sabe que trabajar con Beyoncé da repercusión, pero apoyar nuevas bandas que nadie va a conocer jamás ofrece un retorno más complicado de calibrar, pero con más pedigrí. Algo así como esas revistas que venden tres ejemplares y llegaban llenas de anuncios de moda de lujo. “Toda la música en nuestra web procede de bandas emergentes. Vienen a nosotros o vamos a buscarlas. De hecho, a veces es nuestro propio staff el que nos sugiere grupos, desde los dependientes hasta los modelos, gente de 20 años que viaja por el mundo y desarrolla un gusto ecléctico increíble. Muchas veces no hay diseño detrás de todo esto, como es el caso de Josh Breed, la imagen de nuestras tres últimas campañas y a quien descubrimos siendo cantante de una banda indie. Ha tocado en nuestros festivales y su banda aparece en nuestra web, logrando doblar el número de fans en cuestión de meses”. En el futuro, el underground se significará por las multinacionales textiles y el mainstream se expresará a través del talento indie. Cuando apareció Kurt Cobain con su jersey a rayas y sus cheerleaders en la MTV, ni el más visionario hubiese previsto semejante escenario.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Top Ten Discoteca de los ´80

Bienvenidos a un nuevo post a vueltas con aquella maravillosa (para algunos) década de los ´80. Esta vez me voy a centrar en un repaso a la música discotequera de la época, caracterizada por la novedad de los sintetizadores y la ausencia de guitarras, sustituyéndose el típico riff de guitarra del rock por un riff de teclado de órgano electrónico, que hacía que cada niño de aquellos tiempos se comprara un organillo casio para intentar tener la ilusión de que podíamos ser músicos nosotros también. Éramos demasiado pequeños para que nos gustara el punk, la auténtica música de "hágalo usted mismo". 


La década en la música discotequera está dominada por un país mediterráneo, Italia. Al igual que ya hicieran con el cine del oeste creando el spaghetti western, nuestros vecinos del Mediterráneo hicieron suya la música de sintetizadores creando su propio estilo de música de baile, también llamado spaghetti o italo-dance. Más tarde se contagiaría al resto de Europa. Pero vayamos sin más dilación a repasar mi particular lista Top Ten, elaborada en forma cronológica - no había modo de decidirme por el orden en el cual mencionar los temas así que tiré de sabiduría salomónica y me decanté por la cronología.


10- Pino D´angio y su famosísimo Ma Quale Idea - versión española: Qué Idea, 1980. La gente que me conoce sabe que soy único para acordarme de trivialidades y cosas que veo por ahí de cualquier manera y nunca se me olvidan. Pues bien, ahí va otro clavo en mi ataúd: el disco al que pertenece esta canción fue publicado en 1981, así que durante los primeros ´80 una cassette de las antiguas rondaba por mi casa, con una de aquéllas cajas antiguas con plástico negro y la carátula tenía un gran Mickey Mouse impreso. Supongo que sería de mis hermanas mayores, pero creo que no la escuchaban tanto como lo hacían con las de Miguel Bosé. Bueno, entrando en materia, Pino D´angio, napolitano él, ha sido todo un hombre orquesta: cantante, compositor de temas para gente como Mina o el citado Bosé, ha presentado programas de tv, de radio, ha hecho monólogos, ha producido temas de música tecno en los ´90... y tenía ese toque macarrilla italiano que mola, y es que Nápoles es Nápoles...

La canción es una especie de Funky-rap, y las letras salían de su garganta entre las caladas que le daba a su cigarrillo... Me cae simpático este tipo, no lo negaré...



9- Trans-x, Living on Video, 1981. Aquí nos encontramos a dos canadienses haciendo de pioneros del tecno, ya se empezaba a jugar con la ambigüedad sexual, aunque los maquillajes masculinos se vieran un poco más adelante. Y si no, vean el nombre del grupo, para más señas... También encontramos dos de las obsesiones principales de la época en este mismo video: el rollito futurista y la moda más actual (de entonces...). En cuanto a lo primero, decir que la tecnología audiovisual era aún bastante reciente, y a la vez lo suficientemente fuera del alcance del ciudadano de a pie como para que tuviera un halo de misticismo y misterio que resultaba bastante atractivo. Aún éramos lo bastante ingenuos como para pensar que el futuro estaba aquí si poníamos unos cuantos monitores juntos, con gente moviéndose ajena a la cámara que grababa, moviéndose como auténticos robots de mentirijillas mientras visten plastiquitos con brillitos, manipulando unos cuantos diales. Es difícil de pensar hoy en día en nuestra era digital el impacto que suponía todo esto en la gente, baste recordar un par de películas a vueltas con los ordenadores (en aquel entonces en España aún se les llamaba computadoras - como en el resto del mundo hispanoparlante, por cierto). En Juegos de Guerra, un chaval usaba una cosa rara llamada internet y está a punto de montar una III Guerra Mundial desde su habitación sin saberlo, y en La Mujer Explosiva, unos adolescentes creaban una supermujer con su ordenador. ¡Ay, aquellos ´80!

Y en cuanto a la moda, mejor véanlo ustedes mismos...



8- The Twins, Face to Face, 1982. Una canción muy parecida a la anterior en cuanto al "riff" de sintetizador que dominaba en el estribillo, que solía repetirse una y otra vez en estas canciones, un molesto sonido agudo extrañamente pegadizo que se quedaba en la cabeza durante días y días sin que pudieras evitarlo. En esta ocasión son una pareja de alemanes vestidos de invitados a mi primera comunión, con unas coreografías de lo más espectaculares...

 


7- Bandolero, París Latino, 1983. Antes incluso de que España se adhiriera a la Unión Europea - entonces conocida como CEE - tres años después, ya se promovía la unión entre los pueblos. Un gran ejemplo fue esta canción, primer ejemplo de italo-dance en esta lista desde el número 10 de Pino D´angio. El estribillo está en español, y el rapeo del "bandolero" este alterna el inglés y el francés. Seguimos con la tónica habitual: sintetizadores, un cuerpo de baile a un lado, una go-gó al otro con alarmante parecido a Tamara Seisdedos (haced click en el nombre aquéllos que no la conocéis si sois de fuera de España, o mirad el post Grandes Éxitos Basuriles), mucha bombilla dorada detrás, y poco movimiento de cámara. Es tan kitsch, que es una de mis favoritas en esta lista...

 


6- Ryan Paris, Dolce Vita, 1983. Otro italiano con nombre inglés, para eso del mercado internacional. Fabio Roscioli, un romano de 30 años, llegó hasta el número cinco y esto le valió ser invitado dos veces al legendario programa Top of the Pops de la tv inglesa, y no sólo una sino dos veces. Ahí se acabó la leyenda de Ryan Paris, pero quien mas quien menos ha escuchado el temita. Para mi gusto, cutre y adocenado, lo m´s soso de esta lista, que ni siquiera el vídeo es hortera ni ná. Lo que hay que ver...



5- Silver Pozzoli, Around my Dream, 1984. Más italo-dance, más estribillo contínuo, sintetizadores por todos lados y letras en inglés. Uno se da cuenta de que la canción es italiana, y no sé por qué... No hay más que añadir, salvo el hecho de que una vez que la escuchas no puedes dejar de repetir el estribillo en la cabeza durante horas. Debe de haber experimentos científicos detrás de todas estas canciones, si no, no se explica...

 


4- Sandy Marton, People from Ibiza, 1984. Desde el otro lado del telón de acero nos llega Aleksandar Marton, desde la entonces república yugoslava de Croacia. Me lo imagino escapando del ejército rojo con las melenas y la ropa blanca holgada con un sólo pensamiento en la cabeza: voy a disfrutar de la vida y a no ser productivo para darle por culo al régimen estalinista. Entendió que había que ir a Ibiza, que por aquel entonces parecía estar ya dejando de ser hippy para empezar a pasarse al hedonismo de hoy en día. Una especie de protocultura house se iba formando en la isla, y la canción parece más un himno a lo pip que se lo pasaba todo el mundo y lo guays que eran en la isla...

 


3- Spagna, Easy Lady, 1986. El canto de cisne del italo-dance. Esta chica con el nombre de nuestro país triunfó durante el final de la década con canciones como esta. Primero solíamos oír un solo de teclado que se repetía bastantes veces, y más adelante llegaba ella con su pelo rubio estrellado y soltaba su estribillo pegadizo. Vamos asistiendo a la evolución de los sintetizadores, con nuevos sonidos añadidos al molesto pitido repetitivo de los primeros tiempos.

                          

2- Modern Talking, Brother Louie, 1986. Si esta fuera una lista en condiciones y no cronológica, ocuparía claramente el número uno. Por todo, por su estilismo con esos trajes anchos, esos pantalones por los sobacos, ese estilismo de mujer en el pelo, el brillo en los labios, un rubio y un moreno cual hermanos zipi y zape, su teclado más tarareable incluso que su estribillo, y una cosa por encima de todas ellas: el hecho de que si uno cierra los ojos, juraría estar escuchndo a una mujer. Estos alemanes lo petaron de nuevo a finales de los 90 sacando un recopilatorio con remixes de sus viejos éxitos y esta vez sí, los tuve que sufrir en mis carnes, ya que ahora sí que tenía edad para salir...



1- Fancy, Flames of Love, 1988. Las cosas estaban cambiando. Las canciones se aceleraban, los ritmos eran más rápidos, sin embargo conseguir un hit se iba haciendo más difícil, ya que la música de baile electrónica se iba quedando arrinconada y ya no era de todos los públicos sino más bien de fiesteros sin remedio. Seguimos dependiendo de un estribillo para formar una canción entera.

 


Y hasta aquí hemos llegado. Los sintetizadores dominaron toda la época, pero, al igual que los dinosaurios, gigantes imponentes, sucumbieron ante los minúsculos mamíferos primitivos, los sintetizadores caerían en el desuso ante un pequeño pero poderoso nuevo enemigo: el sampler. Sin embrago, algo debe de ser dicho en favor de todas estas canciones, y es el hecho de que cada una es obra original, y no un corta-pega descarado, y no miro a nadie, Black Eyed Peas...

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Post Data: ¿cuanto hace que no veis una de esas guitarras con teclado?

domingo, 4 de diciembre de 2011

Escenas eliminadas

Todos nosotros sabemos, o al menos entrevemos, que al acometer cualquier producto cultural, ya sea literatura, cine, música o comic, debemos de seleccionar. No todo lo que se nos ocurre ha de entrar necesariamente en el producto final. Al creador le compete corregir, pulir su obra. Y más en el caso del cine, de las formas artísticas quizá la más orientada al beneficio económico o, mejor dicho, la que más injerencias por parte del mercado está expuesta a sufrir, mediante las imposiciones de productores, o de metraje para que no se pase o llegue a las dos horas preceptivas, cambios de guión de última hora, etc etc...

Todos los grandes proyectos cinematográficos tienen sus escenas eliminadas. Desde que llegó al mercado el formato DVD nos hemos acostumbrado a poder verlas, e incluso se han rodado escenas en el mismo rodaje de la película sólo para su inclusión como extras en el DVD, o para fabricar cada x tiempo una nueva versión del director supuestamente definitiva (en inglés Director´s Cut), o versiones extendidas de la misma obra.

Desde la aparición de Youtube, se han puesto a nuestro alcance muchísimas escenas eliminadas de películas históricas anteriores a esta época de internet, archivos digitales y P2P. Es toda una mina para el arqueólogo cinematográfico, para el aficionado sin más, o para el auténtico freak que algunos llevamos dentro. A continuación presento algunas escenas eliminadas de grandes películas, o de películas blockbuster, que he encontrado por ahí en un rato de éstos míos tonteando por la Red.

1- Tony Montana (Al Pacino) le declara su amor a su compañero de correrías Manny Ribera (Steven Bauer) durante su estancia en el campo de refugiados cubanos al principio de la mítica El precio del poder, más conocida últimamente en España por su título original, Scarface. Para lo que dura esta escena, bien podrían haberla incluído en el montaje original, es muy divertida y una buena muestra del carácter de este tipo de personas y de la clase de sentido del humor que poseen.

                    


2- Muchas veces, el trabajo de un actor ni siquiera se ve reflejado en el resultado final. Éste fue el caso de la participación de Mickey Rourke en el film La delgada línea roja de Terrence Malick, un proyecto realizado en 1998, justo en la época en que el bueno de Mickey iba poco a poco saliendo del largo túnel en el que caminó durante casi una década y que le alejó del estrellato que merecidamente logró durante los años ´80. Su única escena en la película se quedó en la mesa de montaje y no apareció en la versión estrenada en cines, aunque luego fue recuperada en las ediciones en DVD.

                     



3- Este caso es un caso especial. Esta escena de la adaptación al cine del superhéroe más famoso de los comics Marvel, Spiderman. Un año antes de su estreno, recuerdo que la ví siendo utilizada como trailer antes de otra película que fui a ver (no me acuerdo cuál) y me pareció genial. Recuerdo que pensé "¡por fin tenemos a Spiderman en imagen real como Dios manda y la escena encima es una gran idea!". En esta escena, un helicóptero escapa por Nueva York con unos criminales dentro. Cuando creen que van a escapar, quedan atrapados en una gigantesca telaraña colocada entre las Torres Gemelas por nuestro amistoso vecino Spiderman. En el tiempo transcurrido entre la visión de este trailer y el estreno de la película en 2002, el mundo cambió. Al Qaeda destruyó las Torres Gemelas el 9 de septiembre de 2001, y los productores decidieron no incluirla en el montaje final, debido al trauma que supuso tan dramático acontecimiento. Supongo que, al no ser americano no entiendo por qué decidieron eliminarla, creo que ver las Torres Gemelas en una película no debería hacer daño a nadie, pero ya digo que no lo soy. En su momento no entendí el por qué y me enfadó bastante, ahora pasados los años y habiendo madurado un poco, veo lo majadero de mi indignación y respeto lo que se hizo. Al fin y al cabo, está a nuestra disposición en internet, y eliminarla no cambió gran cosa el resultado final, y si eliminarla sirvió para no provocar el sufrimiento de millones de personas, bien hecho.



4- Aquí os pongo una escena eliminada de una de las mayores películas de culto que conozco, La vida de Brian, sátira sobre los Santos Evangelios y la vida de Jesucristo que realizó el grupo de cómicos inglés Monty Python allá por 1979. No sé la cantidad de veces que puedo haber visto esta película, unas 20 veces por lo menos, especialmente en mis años de instituto. Pues bien, siempre que la ví, había un gag que me pareció que no venía a cuento y no me producía mucha risa. ¿Recordáis a Brian en la cruz y la cantidad de veces que puede ser salvado y que al final no se concretan? Una de ellas consistía en un escuadrón suicida judío que, como su propio nombre indica, acaba suicidándose y muriendo allí mismo delante de él. En el montaje que todos hemos visto, se queda en un simple chiste, un juego de palabras. Sin embargo, Terry Jones, el director, eliminó una escena anterior en donde aparecía este escuadrón suicida, y se veía que eran judíos nazis, cuyo símbolo mezclaba una esvástica con una estrella de David. Supongo que aquí pudo haber algún caso de probable autocensura, ¿os imagináis lo que podría haberse montado si se llega a estrenar con esta escena en los cines de todo el mundo?

                     


5- Vamos con una mucho más reciente. En esta escena eliminada de 28 días después, el protagonista que acaba de despertar de un coma, aún no ha asimilado el cambio que ha sufrido el mundo debido a la plaga de zombis que lo ha infectado. Uno de sus compañeros de fatigas (que no durará mucho en la película y cuyo actor podría haberse sentido igual que Mickey Rourke en La delgada línea roja, ya que su trabajo se vio reducido a la mínima expresión), reflexiona sobre la vida y la muerte, y cómo lo que tenía valor anteriormente, ya no tiene sentido al estar rodeados de muerte por todos lados.



6- Star Wars cambió el concepto del cine. Fue la primera saga cinematográfica en crear fanáticos o frikis como los conocemos hoy, la primera en hacer rico a su creador a base de merchandising, y una fuente constante de escenas eliminadas del producto final. Aquí os presento una breve escena de Han y Leia durante su estancia como fugitivos en la ciudad minera de Lando Calrissian, donde profundizan en su amor. ¿Por qué se eliminó? No tengo ni idea, supongo que habría que recortar por algún lado y decidieron que era redundante...


Y para terminar, una escena que introducía una subtrama romántica en Star Wars: Una nueva esperanza, que al final no vio la luz: