sábado, 12 de noviembre de 2011

Adiós, ´Smokin´ Joe...

Frazier en su época dorada
Señoras, señores, se nos están muriendo todos los mitos. Es ley de vida, todo se acaba, no somos nadie, y así podríamos seguir una a una citando frases comunes que nos sirven para atenuar el horror primordial que nos provoca el darnos cuenta de que en un momento dado dejaremos de existir. No solemos enfrentarnos a la muerte a diario, ni siquiera solemos reparar en el pasar del tiempo en nuestro día a día. Sin embargo, todo esto nos golpea bruscamente cuando leemos en las noticias que alguien a quien admiramos nos ha dejado. Si este alguien resulta que ha quedado anclado en un momento histórico concreto, si además fue protagonista de una de las rivalidades más grandes en la historia del deporte en una época en la que no existían los medios de comunicación que tenemos ahora y la televisión convertía en dioses modernos a según qué personajes, uno de repente siente un pequeño vacío en su interior difícil de explicar.

Esta introducción tan enrevesada intenta expresar el vacío que uno siente ante la muerte de ´Smokin´ Joe Frazier, ex-campeón de los pesos pesados, que se ganó un sitio en el Olimpo del boxeo al ser el primer luchador que consiguió tumbar al legendario Muhammad Alí, considerado como el mejor púgil en la historia del boxeo. La leyenda cuenta que el apodo Smokin´ le vino de la intensidad con la que se entrenaba, que casi hacía que saliera humo de sus guantes y del saco que golpeaba.



Su rivalidad fue legendaria. A un lado del ring, teníamos a Alí, el Carisma, fanfarrón, bocazas, tan rápidos sus golpes como su lengua, la polémica. Rebelde hasta la médula, se convirtió a la religión musulmana y estuvo a punto de ir a la cárcel al negarse a realizar el servicio militar en la guerra de Vietnam, motivo por el cual se le retiró la licencia para boxear, por lo que perdió su título de campeón mundial de los pesos pesados. Frente a él, Frazier, un tipo mucho más discreto, callado, hablaba con los puños. En sus estilos de lucha también eran muy diferentes. Alí era el estilo, la clase, un peso pesado increíblemente ágil, que en la pista se movía como un peso ligero. Frazier se abalanzaba sobre los rivales, descargando golpes con la cabeza hacia adelante, embistiendo como un toro.

En sus últimos años
Frazier se hizo con el título mundial mientras Alí estaba suspendido por su negativa a ir a la guerra de Vietnam, por lo que creía que su condición de campeón no estaba verdaderamente legitimada si no vencía a Alí en combate. Para ello, elevó una solicitud formal al entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, solicitando que se le retirara el castigo y poder enfrentarse a Alí defendiendo su condición de campeón mundial de los pesos pesados. 

El 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York se libró así el primer combate entre Frazier y Ali, el cual fue denominado como "La pelea del siglo"; Ali hizo gala de sus mejores golpes pero Frazier logró neutralizarlo, en medio de la enorme expectación de los aficionados. Frazier llegó a tumbar a Ali y fue superior durante la mayor parte del combate, siendo el ganador por puntos en decisión unánime del jurado.

Éste fue el punto más álgido en su laureada carrera, un enorme luchador que tuvo la -¿mala?- suerte de coincidir con el mejor de todos los tiempos, junto al cual y a otro gigante llamado George Foreman, escribió las mejores páginas en la historia del boxeo. Consiguió en este combate vencer al hasta entonces invicto Alí, aunque este le derrotó dos veces más, la última de las cuales fue en la famosa velada conocida como "Thrilla in Manila". Este combate está considerado como uno de los mejores y más salvajes en la historia del boxeo.

Póster promocional de la segunda pelea entre Alí y Frazier, el 28 de enero de 1974, en el Madison Square Garden, donde Alí obtuvo la revancha de su derrota anterior.
El combate terminó con otro triunfo para Alí por retiro de Frazier después del décimo cuarto asalto, tras una pelea donde Frazier (ya con un ojo lesionado y otro ensangrentado) luchaba casi a ciegas tras una monumental paliza de Ali, quien hizo volar el protector dental de Frazier hacia las tribunas. La lucha de Manila acabó cuando Eddie Futch, el entrenador de Frazier, paró la lucha al notar que su pupilo tenía graves lesiones en el rostro y estaba balbuceando incoherencias. El propio Muhammad Alí sufrió duramente con los golpes de Frazier y estaba cerca del límite de sus fuerzas al cesar la pelea, al extremo de gritar a sus asistentes para que le quitaran los guantes al fin de la lucha. Años después Ali reconocería que por los golpes de Frazier "en ese combate vi la muerte muy de cerca".

Otro de sus grandes rivales fue George Foreman -vaya tres patas para un banco- contra quien perdió el título mundial en 1973, y tras otro combate -y derrota- contra él en 1976, decidió colgar los guantes. Volvió fugazmente en 1981 contra Floyd Cummings, contra el que quedó en tablas. Su registro acabó en 32 victorias de 37 combates, 27 de ellas por KO; 4 derrotas (las dos contra Alí y las dos contra Foreman), y un empate. Además del título mundial de los pesados, como boxeador amateur también ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1964 en Tokyo.No está nada mal para aquél chaval de 16 años aprendiz de carnicero que comenzó a entrenar en boxeo como medio para no engordar...

En sus últimos años había perdido toda la fortuna que ganó con sus combates. Alquiló un modesto piso en la segunda planta de un gimnasio en una zona humilde de Philadelphia donde entrenaba a chicos jóvenes deseosos de seguir sus pasos. En octubre de 2011 su asesor personal, Leslie Wolff, anunció que Frazier había sido diagnosticado con cáncer de hígado con pocas posibilidades de sobrevivir. Durante sus últimos meses de vida estuvo recluído en un hogar para enfermos terminales en Philadelphia. Frazier falleció el pasado 7 de noviembre a la edad de 67 a causa de dicho cáncer.

En una ocasión comentó que había dividido la medalla de oro que consiguió en los Juegos de Tokyo en 11 partes, una por cada hijo que tuvo. Después de 47 años, al fin ha podido unirse de nuevo. Uno no puede dejar de pensar en la poco sutil metáfora de lucha que representan los boxeadores, ganándose un hueco en esta vida a base de levantarse a pesar de los golpes. De orígenes humildes, alcanzó la gloria, la fama y el dinero para luego volver a caer en el olvido y la pobreza. Pero, señor Frazier, como decimos por aquí, "que le quiten lo bailao". Hasta siempre.


A continuación, unos cuantos vídeos, por este orden: el KO de Frazier a Alí:



 los mejores momentos de Thrilla in Manila:



y el Frazier cinematográfico interpretado por James Toney en el biopic Alí, gran película sobre la carrera de Muhammad Alí, interpretado por Will Smith:


En Youtube es muy fácil encontrar las peleas de Frazier contra Alí completas o divididas en partes. Una gozada.



3 comentarios:

  1. La edad, José....que los que nos estamos haciendo unos mitos somos nosotros, jejeje. me encanta cómo escribes, aún cuando no me interese nada el boxeo!!! Me alegro que sigas con el blog! xxxSilvia

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  2. Bro!! es bueno saber que has vuelto a escribir. Qué grande Frazier, cómo percutía el cabrón, no paraba en toda la pelea, aunque se estuviese llevando una buena. Algo parecido son los mejicanos ahora, guerreros como nadie. Pero no volverán combates como aquellos. Un bradso

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  3. Heey vaquerito que bien te ha quedado este background, me agrada el estilo, y sigo leyendo tus antiguos posts que como siempre son un deleite. Besos niño

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