miércoles, 11 de mayo de 2011

¡Miedo!

Muy bien. Ha llegado el momento de confesarlo. No podía mantenerlo en secreto por más tiempo. Señoras y señores... ¡Siempre he sido un cagao! ¿Cómo? ¿Acaso no he dibujado siempre monstruos horrendos que ridiculizan a cualquier sueño enfermo del lunático más despiadado del asilo de Arkham? ¿Acaso no he buceado en los misterios insondables del olvidado culto prehumano al gran Cthulhu y arriesgado la condenación de mi alma eterna buscando el Necronomicón y leyendo los manuscritos Pnakóticos? ¿Acaso no he sido testigo del alzamiento del Anticristo desde su primera cópula con el torero de Ubrique hasta su vertiginosa ascensión catódica después de obligar a su demoníaca prole a devorar el pollo eucarístico? ¿No he sobrevivido a todas estas experiencias que hubieran hundido a cualquiera de mis semejantes en la más absoluta ruina moral y decadencia física hasta conducirle a una muerte espantosa?

La respuesta es un rotundo SÍ, PERO...

Lo que sigue a continuación es un listado de esos míos típicos con las cosas que hicieron que o bien saliera corriendo de delante del televisor, o fingiera ir al baño en el cine para después pasarme toda la peli encerrado en el váter de caballeros y no volver a la sala, o para hacerme despertar de repente en medio de la noche entre sudores y temblores...

El terror más antiguo que experimenté en mi vida vino de una serie de televisión. Según mi madre, en cuanto sonaban los primeros acordes de la sintonía parecía que yo tuviera una especie de condicionamiento a lo Paulov: en vez de salivar salía pitando del salón y me ponía detrás de la ventana, como buscando una protección contra el ser más horrendo y salvaje que había visto en mi breve vida, Lou Ferrigno caracterizado como "El increíble Hulk" (o como se le conocía antiguamente, "La Masa"). Yo era muy pequeño (apenas me acuerdo), tendría unos cinco o seis años, y os garantizo que si se lo enseñáis a cualquier crío de esa misma edad, se acojona más que con el Hulk digital de las pelis de ahora. El terror supremo llegaba cuando al protagonista se le ponían los ojos blancos. ¡El horror, el horror!


Siguiendo mis miedos por orden cronológico, el siguiente engendro que alimentó mis pesadillas fue el Hombre Lobo. Ya contaría yo con unos siete años cuando en Nochevieja emitieron en estreno mundial el nuevo vídeo de Michael Jackson, "Thriller". Debo decir que no lo ví entero hasta bien entrado en la edad adulta, tanto fue el espanto que me provocó la transformación del inocente y virginal Michael en una criatura salvaje y descontrolada sedienta de sangre. Aunque con el tiempo él mismo dio más miedo al convertirse en una criatura fantasmal y descontrolada sedienta de niños... la realidad otra vez supera a la ficción. Aquí teneis el vídeo:



Después de aquello, pasé una temporada con pesadillas acerca del Hombre Lobo y si lo pensais un poco se pueden ver similitudes entre los dos monstruos que me quitaron el sueño en mi más tierna infancia. Los dos monstruos eran una maldición de un señor que era pacífico y todo bondad que no podía evitar ser salvaje e irracional y poner en peligro a todo lo que le rodeaba. Para más inri, aquellos años vivieron un boom del cine de licántropos donde se recreaban en la transformación de hombre a lobo, llegando a tardar éstas entre uno y dos minutos, aunque la chica de la peli no empezaba a correr hasta casi el final de la transformación... ¡Qué morbosa! Ni que decir tiene que no me vi ni una...

Un tiempo más tarde, pasé miedo con unas cuantas películas que no eran de terror, pero a mí me impresionaron, entre otras cosas por un sencillo truco: una voz distorsionada. Sí, así es. No había que partirse la cabeza para asustarme, con distorsionar una voz y hacerla grave como de mostruo ya era suficiente. La más obvia de todas que seguro que ha asustado a más de un niño fue Los Cazafantasmas. estaba el espectro que se aparecía al principio en una biblioteca, los perros demoníacos cuya silueta aparecía en la nevera de Sigurney Weaver y al final una tipa medio en pelotas con la voz atronadora que me hizo temblar. De hecho desde que salió la silueta del perro demoníaco en la nevera, ya me había levantado de mi butaca en el cine terraza y me ví el resto de la película a trozos entre visitas al baño y al quiosco. Aquí está el vídeo con la tipa de la voz que me acojonaba:


                    

Otra ración de voz que acojona: la del malo de la peli "El Pato Howard". No he encontrado ningún vídeo, sólo una foto. Este tipo es un científico que trae a la tierra al pato Howard desde una dimensión paralela, quien más tarde es poseído por una entidad cósmica que me dio mucho miedo... Y con esa cara no te digo na...

En la foto parece que tenga una tele encima de la cabeza y fuera de cámara que atrae pelos con la estática...

Atentos que ahora viene la peli más ridícula con la que jamás alguien haya pasado miedo (aparte de por lo mala que era, claro). Nada más ni nada menos que... Superman IV. Bueno, va, ¡dejad de reiros hombre! Teneis razón por meteros conmigo todo lo que querais y más, pero chicos, Lex Luthor dio con la clave para derrotar a Superman de una vez por todas haciendo un clon del kriptoniano con un pelo de éste que roba en el museo de Metrópolis y utilizando la energía nuclear del sol al engañar a Superman para que lance el cohete donde va el embrión al astro rey. Como lo oís... ¿El resultado? Una especie de supervillano drag queen con uñas radiactivas postizas nucleares y venenosas (!) y una voz distorsionada que por primera vez me hizo pensar que Superman de verdad podría palmar. Aquí teneis al personajazo en cuestión, con el original nombre de Hombre Nuclear que ahora da miedo por otros motivos bastante más oscuros... Literalmente, el Hombre Nuclear "se clava" a Superman ¡en la luna!

                      
No lo he encontrado en español, pero parece ser que lo de la voz grave y distorsionada sólo lo ponían en España para joder a los niños impresionables como yo. En esta película dije que me iba al baño y al final tardé unos tres cuartos de hora en volver. Mi tío fue el que nos llevó a mi primo y a mí, y yo pensé que le había engañado. Nunca le pregunté, pero seguro que se partiría de risa.

El último secreto vergonzante de hoy: cuando todos mis compañeros del cole coleccionaban las pegatinas de la serie "V" y se la veían puntualmente todos los días, yo no vi en su momento ni un sólo capítulo, les tenía un miedo irracional a los lagartos que ni os podeis imaginar. Y en aquellos tiempos con sólo dos canales, si no veías algo de moda eras un inadaptado total. No gané mucha popularidad como os podreis imaginar. Éste que os pongo aquí es el momento que más se comentó en el cole y que nunca ví por cagao, disimulando lo que podía, asintiendo a todo lo que me decían haciéndome el machote...


Estos fueron los terrores de mi infancia, los que me acosan ahora son mucho más mundanos y tienen que ver menos con monstruos fantásticos y más con la estupidez humana. Lo más terrorífico que he visto últimamente es esto:


2 comentarios:

  1. Menos mal q no soy cagona como tu jeje...q si no me pasaria la noche mirando q no me suba por la escalera la japo de la maldicion,con esa maldita mata pelo y ese maldito ruidico tan mono q hace...me cago en tu blog! Paula

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  2. dios neeeeeeeene!! la voz de la guarra de los cazafantasmas, no me acordaba, qué canguelo!!
    no te toques, no te excites. en la mezcla está el diablo fali!!

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