Ayer fui a ver El Atlas de las Nubes. Desde que me enteré de este proyecto, hará un año y medio o así, y ver los nombres implicados, leer el argumento y demás, quise saber más sobre el tema. Así que en todo este tiempo hasta que al fin vi la cinta, me dediqué a buscar la novela, leerla, y esperar pacientemente a que la estrenaran en mi ciudad.
Ha tardado bastante en ver la luz por estos lares, así que mientras llegaba mi entusiasmo se iba desinflando poquito a poco, viendo las reacciones de la crítica. Lo peor que le puede pasar a un proyecto de estas características es la tibieza de las críticas. La división de opiniones entre dos extremos le pone sal y pimienta a una película, hace que no se olvide y que se esté pendiente de ella, consigue que haya debate sobre ella y al final o te gusta muchísimo o no. Sin embargo, el feedback que me llegaba era que ni fu ni fa, de manera que de estar desesperado a que llegara el estreno y plantarme el primer día en el cine, ha conseguido que esperase casi una semana para verla, además con muchas dudas debido a su duración (casi 3 horas). Lo peor que le puede pasar a uno en el cine es aburrirse durante tanto tiempo.
Voy a hablar un poquito de la novela antes de meterme de lleno en mi opinión sobre la película. Ésta es la sinopsis realizada sobre la obra por parte de su editorial española:
El atlas de las nubes es una novela que da la vuelta al mundo y recorre desde el siglo xix hasta un futuro apocalíptico, a través de seis historias entrelazadas. El relato se abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad causada por un parásito cerebral... Repentinamente, la acción se traslada a 1931 en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora esposa y su núbil hija... De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los setenta, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la ignominiosa Inglaterra de nuestros días, a un superestado coreano del futuro próximo regido por un capitalismo desbocado y, finalmente, a Hawai, a una Edad de Hierro post-apocalíptica que corresponde a los últimos días de la historia. Sin embargo, la historia tampoco termina ahí. La narrativa vuelve, como si de un bumerán se tratara, en el tiempo y en el espacio hasta el punto de partida recorriendo, en sentido inverso, la trayectoria trazada. Durante la travesía, Mitchell va revelando los lazos que unen a personajes tan distintos, el modo en que se entrecruzan sus destinos y la forma en la que sus almas se desplazan a través del tiempo como las nubes por el horizonte. David Mitchell es un visionario posmoderno que se mueve con maestría por una multiplicidad de estilos y sabe combinar a la perfección los ingredientes básicos de la novela de aventuras con una debilidad muy nabokoviana por el puzzle, un ojo clínico para retratar a los personajes y un gusto por la reflexión filosófica y científica en la línea de Umberto Eco, Haruki Murakami y Philip K. Dick.
Es una delicia de novela. Por su planteamiento, su estructura, su lenguaje, sus caracterizaciones... un caramelo esperando a que se le descubra, se le disfrute y se le recomiende a todo aquél al que le guste la buena literatura. No es un best-seller pasajero y olvidable, aquí hablamos de literatura de la buena, densa, un gran argumento que no excluye desarrollo de personajes ni experimentación con la narración, una novela de relatos independientes muy tenuemente conectados unos con otros de manera muy sutil. Su lenguaje parece coetáneo con cada uno de los momentos históricos que narra, desde el pasado más o menos reciente hasta el futuro más lejano (inventándose un lenguaje que ha decaído y se ha embrutecido acorde con la decadencia humana postapocalíptica). Vamos, una joyita a descubrir para cualquier aficionado a la lectura.
Antes de empezar con la crítica de la película, aquí dejo su trailer oficial:
Los responsables de la adaptación tanto en su guión como en su dirección son los hermanos Wachowski (Andy y Lana) y Tom Tykwer. En su reparto hay grandes nombres como Tom Hanks, Halle Berry, Jim Broadbent, Hugo Weaving, Hugh Grant, Susan Sarandon, Ben Wishaw, James Sturgess... Con tanta gente de prestigio y un material de inicio como esta novela, no debería haber mucho problema, más viendo el trailer de arriba, ¿no?. Sin embargo, da pena ver cómo algo ambiciosísimo queda convertido en película del montón, entretenida pero nada más.
Los problemas son básicamente de guión en los cambios introducidos. Los actores están bien, los efectos bien, la fotografía etc. Pero hay demasiadas inconsistencias, aún no habiendo leído la novela uno puede identificar dónde se encuentran los cambios (mi acompañante los descubrió TODOS), que devienen parches para cambiar una historia que de sutil pasa a basta en algunos aspectos clave, como la preponderancia que se le da al romance en todas y cada una de las seis historias, o dejarlo todo demasiado interconectado cuando en la novela las conexiones entre los personajes de distintas épocas es mucho más suelta, difusa y apenas esbozada. Otro punto que me llamó la intención es la manera de expresarse de los personajes, su lenguaje. Lo que la novela consigue con creces en cada una de las historias en el film sólo es constatable en la del futuro más lejano y un poco en la más antigua y en las cartas del músico a su amante leídas en voz en off.
Además sigo pensando que a los hermanos Wachowski les sobra técnica por todos lados (el montaje es espectacular, la manera de entrelazar las historias impecable, dándole una vuelta de tuerca a la organización interna del libro pero sin estropear nada en ese aspecto) pero les falta alma, conmover, esa chispa que les haga pasar de grandes directores en la forma a ser genios del cine en el fondo. Esa manera de intentar explicarlo todo, el afán por hacer evidente que esas personas están conectadas a lo largo de los siglos, su discurso a veces infantiloide sobre el amor, el destino etc los hace vulgares, adocenados, hasta pastelosos. La sensación que me queda después de ver sus películas es que su rascas más allá de los efectos especiales y escenas espectaculares, su cine está bastante descompensado en cuanto a contenido. Y pongo de ejemplo esta misma cinta: su afán por explicarlo todo, por conectarlo todo demasiado, por meter romance con calzador en cada una de las historias, la pseudofilosofía New Age; menosprecian al espectador quizá inconscientemente, pensando que a lo mejor no va a ser capaz de aprehender el mensaje de la película, cosa que en la novela original no sucede.
Otro aspecto en la que los directores nos dan una de cal y otra de
arena: los actores principales hacen varios personajes en las historias,
recurriendo a maquillajes que a veces están muy conseguidos pero otras
veces parecen pegotes colgando de las caras. Una de las cosas divertidas
de la película es intentar adivinar cuántas veces los ves en pantalla,
confieso que muchas de ellas se me han escapado. Al final, en los
títulos de crédito nos muestran cuántos personajes han interpretado cada
uno, es muy divertido darte cuenta de cómo te la han colado con tal o
cual personaje y actor.
No obstante, no es una película que no se pueda ver, nada más lejos. Es una cinta amena y entretenida que podría haber sido espectacular en
todos los sentidos y se queda en anécdota. No me extraña la reacción de
los críticos, supongo que es un precio a pagar por los nombres
involucrados en ella (Wachowski bros., Hanks, Berry, Sarandon, Weaving) y
el material de origen. De no ser por esto, subiría más puntos en la
apreciación general.
La gente de Días de Cine lo expresa mucho mejor que yo, torpe de mí:
Y para terminar, algunas reacciones de críticos, cogidas de IMDB:
Una película de una imaginación sin límites, efectos visuales
impresionantes y de una osada ambición" (Roger Ebert: Chicago
Sun-Times)
----------------------------------------
"Un trabajo mental intenso de tres horas que te premia con
una gran recompensa emocional" (Peter Debruge: Variety)
----------------------------------------
"Un blockbuster de arte y ensayo bien hecho pero como drama
resulta difuso (...) impresionante montaje pero emocionalmente hinchada
(...) un conjunto blando, y el impacto de cada historia se suaviza por
la constante necesidad de conectar todo." (Jordan Mintzer: The
Hollywood Reporter)
----------------------------------------
"Un montón de basura con narices de goma y unos imposibles
acentos de instituto que le dan un nuevo significado a la palabra
'pretencioso' (...) Puntuación: * (sobre 4)" (Rex Reed: The New
York Observer)
----------------------------------------
"De ninguna manera es la mejor película del año, pero puede
ser la película que da más a cambio del precio de una sola entrada"
(A. O. Scott: The New York Times)
----------------------------------------
"Cine fantástico, filosófico (...) Vertiginosa e
incendiaria como 'The Matrix', pero menos sólida (...) Puntuación:
***1/2 (sobre 5)" (Sergio F. Pinilla: Cinemanía)
----------------------------------------
"Sublime ridículo. (...) espiritualidad de pandereta y un
misticismo 'new age' carente de fondo (...) El que busque verdadera
complejidad se partirá de risa; los que busquen entretenimiento no
entenderán nada, no por difícil, sino por vacuo y farragoso"
(Javier Ocaña: Diario El País)
----------------------------------------
"Un ejercicio delirante. (...) Enorme palíndromo sobre el
amor y la solidaridad (...), obliga a que varios actores hagan el
ridículo interpretando a personajes bajo capas imposibles de maquillaje"
(Sergi Sánchez: Diario La Razón)
----------------------------------------
"Los balbuceos pseudo-filosóficos emborronan de manera
fatal el normal fluir del relato (...) toda la aparatosidad visual de la
propuesta resulta por contraste tan arbitraria como ingenua. Por
momentos, sencillamente ridícula" (Luis Martínez: Diario El
Mundo)
----------------------------------------
Es curiosa la diferencia en cuanto a gustos de cada país: los críticos españoles la ponen directamente a caldo mientras que en los norteamericanos hay más tolerancia con este tipo de cine. ¿Puede ser ésta la razón por la que nadie o casi nadie se plantee hacer cine comercial de género en España fuera de las fórmulas de comedia o drama guerracivilesco?